Diplomacia. El pasís profundo enseña. Por alicia Kirchner

Diplomacia. El país profundo enseña
Por Alicia Kirchner
El mundo de la diplomacia aparece a veces desconocido para el común de la gente. Sin embargo, es “una de las artes más antiguas del mundo”. En la superficie de la liviandad la etiqueta, el ceremonial y lo protocolar se asocian al uso de la inteligencia y el tacto en las relaciones entre países, a un “todos sonríen, todos se saludan”, aunque después las relaciones entre los países que representan tengan diferencias que aparecen como insalvables.
Algunos suponen que la diplomacia es o debe ser una suerte de mundo paralelo que se mantiene inalterable más allá de los avatares de la historia. Lo cierto es que siempre ha sido la principal herramienta mediante la cual los países ejecutan la política exterior que sus gobiernos definen. El complejo entramado en el que confluyen o se contraponen intereses, valores y miradas de los Estados, pero también de otros actores como organismos internacionales o corporaciones transnacionales, conforma ese vastísimo universo que es la comunidad internacional.
La Argentina se expresa políticamente en esa comunidad internacional; en las expresiones solidarias y comprometidas de la integración subregional y regional, política, social, económica y culturalmente. Hoy Argentina preside y forma parte de organismos internacionales de envergadura en las relaciones multilaterales (G-20, G77 + China, Programa MOST (UNESCO)) insertando un fuerte protagonismo político a las relaciones internacionales. El modelo de país iniciado en 2003 por Néstor Kirchner y continuado por la presidenta, Cristina Fernández, está siendo tomado en algunos casos como modelo de salida de las crisis que golpean a los países centrales. Hasta el mismo Michel Camdessus, quien fuera director gerente del FMI, afirmó hace pocos días que "hicimos probablemente muchas tonterías, muchos errores con la Argentina, pero finalmente el problema de la deuda se resolvió, aunque costó mucho tiempo".