Sergio "Maravilla" Martínez, campeón mundial mediano del Consejo, será operado la semana próxima en Madrid por una lesión en la rodilla derecha y no volverá a combatir hasta 2013.
El quilmeño llegó a Las Vegas con una dolencia en los meniscos que se agravó durante la pelea contra el mexicano Julio César Chávez Junior, la que Martínez terminó, a su vez, con una fractura en la mano izquierda y un profundo corte en el cuero cabelludo. "Me opero, hago rehabilitación y estoy para volver a jugar en Claypole. Al menos yo me reconozco en el espejo", bromeó el monarca, que formó parte de las divisiones inferiores de ese club.
En tanto, aseveró que sintió el primer pinchazo en el puño en el segundo round y que "para el cuarto pegar ya era un sacrificio".
Sin embargo, permanece en su memoria por encima de todo lo demás la vista que tuvo cuando subió al escenario del Thomas & Mack Center, donde la ciudad alcanzó un nuevo récord de entradas vendidas.
"Es un estadio enorme, y saber que yo lo había puesto a tope fue muy fuerte. Las camisetas de fútbol, los hinchas gritando... Fue muy fuerte. Por eso cuando subí al ring me tomé un ratito para terminar de escuchar la canción (Los de atrás vienen conmigo, de Calle 13) y para disfrutar de ese espectáculo, de la gente coreando mi nombre", rememoró Martínez en diálogo con Olé.
De cara al futuro, más allá del quirófano, hay varias posibilidades interesantes. Sus manejadores recibieron la oferta del estadio de fútbol americano de Dallas para hacer el desquite lo antes posible y siempre está dando vueltas la idea de enfrentar al estadounidense Floyd Mayweather, tal vez el único boxeador de la actualidad capaz de superar a "Maravilla" técnicamente.
Además, los dirigentes de River Plate, el cuadro de sus amores, se regodean con la posibilidad de albergar en el Monumental una defensa mundialista, lo que sería algo sin precedentes en Argentina.
